Como inculcar valores éticos familiares

La palabra “Valores familiares” puede ser un término cargado, pero, aparte de las asociaciones políticas, también son una base importante para la crianza de los hijos. Ya sea que se establezcan explícitamente o no, cada familia tiene su propio conjunto de creencias e ideales. Quienes se esfuerzan por definir y vivir los valores familiares que quieren moldear la cultura de su hogar están invirtiendo en la felicidad de su familia y el futuro de sus hijos.

Piense en los valores familiares como una brújula: deben servir para guiarlo a usted, a su pareja y a sus hijos hacia el tipo de persona que desea ser y, en última instancia, el tipo de vida que desea vivir. Establecer una cultura bien definida puede ayudar a cada miembro a desarrollar su carácter y tomar decisiones, lo que finalmente crea una familia más feliz mientras prepara a los niños para una transición exitosa a la edad adulta.

Para comenzar se sugiere de manera personal hacerse algunas preguntas simples: ¿Qué es lo más importante para usted y su pareja? ¿Cómo quiere que sus hijos interactúen con los demás? ¿Por qué quieres que tu familia sea conocida?

Una vez que decida un conjunto de 5 a 10 valores fundamentales, escríbalos y manténgalos a mano y visibles como un recordatorio concreto. También se sugiere promover la participación familiar haciendo que sus hijos creen el documento con usted, ya sea coloreando, recortando y pegando imágenes de revistas o deletreando palabras. Luego, decidan juntos dónde quieren mostrar el documento.

Escribir los valores familiares es una excelente manera de recordar lo que es importante para usted, pero recuerde que lo que es realmente importante es que sus hijos lo escuchen hablar sobre ellos y lo vean actuar en consecuencia. Los valores familiares se enseñan cuando los niños pueden ver a sus padres en la vida real demostrar esos valores, incluso cuando es difícil.

Una forma de hacerlo es usar los valores como recordatorios cuando corrige el comportamiento. “Porque yo lo digo” o “deberías” puede crear vergüenza, mientras que señalar los valores hace que el crecimiento sea un esfuerzo colectivo. Por ejemplo, cuando sus hijos se peleen, podría decir: «Recuerde, usamos palabras amables en nuestra casa». Después de un tiempo, en lugar de explicar el valor, podrá preguntarles: «¿Cuál es el enfoque familiar sobre esto?»

Los valores que elija serán, en última instancia, tan únicos como su familia, pero algunos valores son universales y aplicables en todos los hogares.